El devenir de la peseta republicana durante la Guerra Civil Española (1936-1939) fue parejo al del propio régimen. Conforme la República sufría derrotas, perdía territorios y las democracias extranjeras le negaban ayuda, la economía se convertía en un desastre en el que campaba a sus anchas la hiperinflación.
Pero vayamos por fases. Para este estudio sobre la peseta republicana voy a partir desde una fecha previa al conflicto civil, pero emblemática. Me voy a situar en el 19 de octubre de 1934. En esa fecha acaba de finalizar la Revolución de Asturias. El enfrentamiento entre obreros y el gobierno republicano presidido por Alejandro Lerroux ha dejado un saldo de entre 1500 y 2000 muertos. Para mucho es un preludio de la Guerra Civil. En aquel fatídico día la peseta cotizaba frente al dólar norteamericano a razón de 7,31 ptas por dólar. Respecto a la moneda británica la libra esterlina (vamos a considerar en este trabajo las paridades con dólar y libra esterlina) el cambio era 36,05 pesetas por libra.
Anverso de 1 peseta republicana de 1937.
Esta moneda tiene un diámetro de 23,20 mm.
Está acuñada en latón.
Anteriormente, en 1934, el gobierno de las
Segunda República emitió una peseta en plata de 5 gramos de peso
y diámetro de 23,30 mm.
El gobierno republicano, como veremos a continuación, procedió
a retirar todo el oro, la plata así como las divisas que pudo
al comienzo de la guerra.
Esta peseta no estaba respaldada por metal precioso alguno.
El anverso es una mujer que representa una
alegoría a la república.
Reverso de la misma moneda.
Figura el año de acuñación 1937.
Cuando fracasa el golpe de Estado del 17/18 de julio de 1936 y media España queda en manos de los sublevados, mientras que la otra media queda en manos del gobierno de la Segunda República Española, se hace evidente para todos que esto va para largo y que estamos ante un enfrentamiento bélico de incalculables consecuencias.
Por Decreto del Ministerio de Hacienda de 3 de octubre de 1936 firmado por Manuel Azaña como presidente y Juan Negrín como Ministro de Hacienda se dispone lo siguiente:
"Artículo primero.- En el plazo de siete días, a partir de la publicación de este Decreto en la Gaceta de Madrid, toda persona española, individual o colectiva, entregará en el Banco de España, Sucursales o Establecimientos bancarios, oro amonedado o en pasta, así como las divisas o valores extranjeros de toda clase que estén dentro del territorio nacional y que tuviesen a su disposición, bien en propiedad, bien en custodia."
Quien no cumpliera esta disposición se arriesgaba a que le imputaran un delito de contrabando.
Al día siguiente el gobierno por medio nuevamente del Ministerio de Hacienda lanzaba otro decreto prohibiendo la exportación de oro y de plata.
Con la caída de Bilbao, plaza financiera por excelencia en la zona norte de España, el 19 de junio de 1937, el deterioro de la divisa republicana española se acentúan más si cabe. De manera que la peseta republicana presenta una cotización oficial respecto al dólar de 12,70 pesetas por dólar y respecto a la libra esterlina de 62,75 pesetas por libra a fecha de 11 de junio de 1937 (antes de la caída de Bilbao) para pasar a cotizar a 4 de septiembre del mismo año, 14,51 pesetas por dólar y 72 pesetas por libra esterlina.
Billete de 2 pesetas.
Puestas en circulación el 18 de enero de 1938.
5 pesetas con certificado de plata
Se puso en circulación el 17 de octubre de 1936,
unos días después de decretar la entrega de oro
al Banco de España.
Para que el lector tenga una idea del papel que se puso en
circulación, les diré que de este modelo se emitieron
120.000.000 de unidades, esto es
se pusieron a disposición del público
la barbaridad de 600 millones de pesetas
de la época.
10 pesetas con certificado de plata.
También se pone en circulación el 17 de octubre de 1936.
Para este modelo se tiran 70 millones de billetes, es decir
700 millones de pesetas. Sumadas a los 600
millones del billete de 5 pesetas, el cuarto mes
de guerra la República pone 1.300 millones de
pesetas en circulación.
El 26 de noviembre de 1937 el gobierno republicano se ve obligado a fijar los cambios oficiales en 16,41 pesetas por dólar y 82 pesetas por libra esterlina. Como pueden ustedes figurarse la pérdida de valor de la peseta republicana era, obviamente, frente a todas las divisas, aunque aquí reflejemos únicamente el dólar y la libra.
1938 se cierra con un cambio de 22,80 pesetas por dólar y 106,50 por libra esterlina.
La Gaceta de la República de 24 de enero de 1939, en esos momentos el régimen republicano está agonizando, publica uno de los últimos cambios oficiales. Para el dólar 25 pesetas y para la libra esterlina 117 pesetas. La peseta republicana en la práctica es una moneda sin valor.
En el otro bando, el de los vencedores, el Boletín Oficial del Estado publica en su número de 22 de marzo de 1939, a diez días de finalizar la guerra, que el cambio oficial en pesetas nacionales es para un dólar 9,10 pesetas y para la libra esterlina 42,45 pesetas nacionales.
Esto es todo. Un saludo a todos/as.
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