La pasada semana asistimos a una nueva vuelta de tuerca sobre el debate de la necesaria reforma del sistema de pensiones que nos lleve a la sostenibilidad y su permanencia en el tiempo futuro. La avalancha de opiniones de expertos en los medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, parecen indicar que la tan reiteradamente anunciada reforma comienza a tomar forma.
Desde este blog he defendido hasta la saciedad dos aspectos fundamentales a tener en cuenta para abordar el problema:
1º Cualquier reforma debe ser enfocada a la sostenibilidad del sistema al medio y largo plazo pero en las condiciones actuales, sin pérdidas de derechos y sin reducciones de los importes de prestaciones. Cualquier modelo que no respetara esta premisa no sería más que un nuevo "recorte" encubierto.
2º La reforma del sistema de pensiones debe ir en paralelo a la mejora del mercado de trabajo español. Si la tasa de desempleo de España estuviese al nivel de la media de la Unión Europea, esto es aproximadamente un 10% y el número de cotizantes fuese como mínimo de 20.000.000 (recuerdo a los señores lectores que actualmente estamos sobre los 17.850.000 cotizantes) con una reducción de la temporalidad y un incremento de contratos indefinidos a tiempo completo, probablemente no estaríamos hablando de la necesidad de una reforma tan urgente de la pensiones.
Por último señalar como mensaje de tranquilidad a todos nuestros mayores que el problema de la sostenibilidad de las pensiones no es a corto plazo, hoy están garantizadas por las cotizaciones actuales e incluso por lo que queda de la "hucha de las pensiones". El problema es a medio y largo plazo. Verán ustedes, nuestro sistema de pensiones se concibió para una tasa de desempleo baja, para una pirámide de población muy estrecha por la parte superior, para una esperanza de vida bastante inferior a la actual y con unas coberturas y prestaciones económicas bastante inferiores a las actuales. Estos cambios, algunos muy positivos como la mayor longevidad de las personas o la mayor generosidad del sistema y otros negativos como las enormes tasas de desempleo, deben ser interiorizadas por cualquier reforma que se haga para garantizar la viabilidad futura.
Por tanto, que las autoridades acometan las reformas que estimen necesarias, pero que se olviden de recortar ningún derecho porque hasta el último céntimo que reciben nuestro pensionistas actuales ha sido fruto de largo años de cotización. Y este es nuestro "contrato social", contribuimos para recibir, los cotizantes actuales aportamos para los pensionistas actuales bajo un estricto criterio de solidaridad que implica que cuando llegue el momento en que estos cotizantes se conviertan en pensionistas recibirán sus pensiones bajo este mismo criterio de solidaridad y, como mínimo, en las mismas condiciones existente en el momento actual.
Conformen se vayan materializando las reformas que empiezo a intuir como cercanas iré analizando las mismas en este blog.
Espero que este post haya sido de su interés.
Muchas gracias.
NOTA: Desde primero de año vengo editando un nuevo blog dedicado a los libros. Se llama La estantería de los ingenios. El enlace, por si se animan a visitarlo, es el siguiente:
Muy interesante como todos tus artículos y algo tranquilizador para todo aquel que peina canas y no se las tiñe. Felicidades Manolo.
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