Esta semana se ha armado cierto revuelo mediático por un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) publicado el 5 de diciembre del presente bajo el título de Pensions at a Glance 2017. Al tratar la situación de las pensiones en España, tanto presentes pero sobre todo futuras, el informe rezuma por todos sus poros algo que aquí tratamos de forma habitual: la dificultad de sostenibilidad/viabilidad del sistema español de pensiones al medio y largo plazo (negros nubarrones en el horizonte señalaba este bloguero en su último artículo).
El debate de las pensiones está abierto, no nos quepa
duda de ello. Pero a pesar de las dificultades
yo creo que nuestro sistema es viable al
corto y al medio plazo.
Al largo dependerá de las reformas
y del factor tecnológico.
El informe, de 167 páginas, al extrapolar los datos de España dentro del contexto de los 35 países miembros llega a las principales conclusiones:
- El envejecimiento de la población española llevará a que en 2050 tengamos la segunda mayor tasa de dependencia de la OCDE, solo nos adelantará Japón.
- Lo anterior se traduce en que 76 personas de cada 100 estarán en edad de jubilación. (Sobre estas dos conclusiones ya señalé en mi artículo Restablecimiento del subsidio de mayores de 52 años que las cohortes de nacimientos de 1965 a 1968 superaban los 660.000 nacimientos por año. No se queda muy atrás las cohortes que van de 1962 a 1976).
- Las tasas de reemplazo están en el 82% frente al 63% de media de la OCDE. (Ver artículo publicado en este blog con fecha 20 de septiembre de 2017 ¿Qué es la tasa de sustitución?)
- La edad promedio de salida del mercado de trabajo se ha estancado desde 2010 ampliando la brecha respecto a la media de la OCDE. (Traté algo de esto el 11 de junio del presente en Edad de acceso a la jubilación).
La jubilación flexible (combinación trabajo/pensión)
será una de las fórmulas en que deberán esforzarse los
gobiernos como solución para paliar el
creciente gasto del Sistema de pensiones
- La jubilación flexible está limitada en España por falta de incentivos que permitan combinar trabajo con jubilación.
En definitiva un gran informe, bastante realista, que no se le escapa una, tanto desde el punto sociológico, como del económico y por supuesto legislativo y que refleja en buena parte lo que aquí comentamos todas las semanas.
Sin embargo el informe viene a decir que el sistema en España es hoy por hoy mucho mejor que la media de la OCDE pero que esto no puede sostenerse en el tiempo.
Es cierto que la tasa de reposición en España es mayor que la media de la OCDE y aunque a nivel popular se estime que en los países desarrollados se cuidan las pensiones más que en España los datos estadísticos desmienten esta afirmación. Pero esto no debe servir de argumento para que aceptemos que la supervivencia del sistema pasa por un deterioro/empeoramiento del mismo. Verán ustedes las reformas legislativas, la pirámide de población y la anomalía de la precariedad laboral de nuestro mercado de trabajo van a "corregir" el sistema por sí mismas. Lo explico a continuación.
Si reparamos en los requisitos actuales para el acceso a una pensión de jubilación, dado los cambios legislativos experimentados y sufridos durante este período de crisis económica, verán que cada vez son más estrictos. Si tomamos las grandes tasas de desempleo así como la consiguiente precariedad en el empleo deduciremos que las vidas laborales de los futuros pensionistas no serán tan largas como las de aquellos que les antecedieron en periodos donde el trabajo indefinido era la tónica dominante, por tanto estas vidas laborales de periodos intermitentes de empleo/desempleo debilitaran la acumulación de derechos dentro del sistema de pensiones.
A pesar de todos los malos augurios
el Estado español tiene capacidad
para abonar cada mes puntualmente
9,5 millones de pensiones.
Por último la mayor esperanza de vida obligará a los gobiernos a retrasar la edad mínima de acceso a la jubilación, que no se asombre nadie si en breve se nos coloca en los 70 años. Unas pensiones más bajas obligarán a flexibilizar el acceso a la prestación permitiendo la combinación con trabajo (esto ya está pasando en algunos países de Europa). Falta por ver como se comportará el factor tecnológico y eso es algo que no me atrevo a pronosticar.
En definitiva un panorama no del todo halagüeño pero quédense con la parte buena: tenemos un buen sistema de pensiones y podemos sostenerlo al medio plazo. La fórmula: más cotizantes, menos corrupción, más trabajo y menos privilegios.
Espero que este artículo haya sido de su interés. Muchas gracias.
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