El pasado domingo anduve buscando material para mi colección de novela popular y para mis investigaciones por el rastrillo de Jerez de la Frontera (Cádiz). Allí encontré 3 folletines de 1912 de la revista La Novela Ilustrada cuyo director literario era don Vicente Blasco Ibáñez, autor al que todos los estudiosos y amantes "de lo social" le profesamos veneración, obras como La Bodega, La Barraca, Cañas y Barro, entre otras son imprescindibles para entender o al menos acercarse a lo que se denominó, allá por el último cuarto del siglo XIX la "Cuestión Social". Pues bien este folletín, nº119 y último volumen de la serie de Rocambole del escritor Ponson du Terrail (más información en La Estantería de los Ingenios) traía en la contraportada una interesantísima publicidad que abarcaba más de un tercio de la página. Primero reproduzco la portada de la novela folletinesca y luego la publicidad.
Portada de El Hilo Rojo, de Poson du Terrail
Como pueden observar, y como suele decirse, no hay nada nuevo bajo el sol.
Ya nuestros antepasados de principios del siglo XX se afanaban por conseguir una
plaza del "Estado", esto es estabilidad en un país que por su estructura
económica siempre destacó, desgraciadamente, en precariedad laboral.
Estimadísim@s lectores, por favor, no se partan los ojos intentando leer el anuncio, transcribo el texto principal a continuación:
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OPOSICIONES PARA CORREOS
LA CARRERA DE MAS PORVENIR.-INGRESO POR 1.500 PESETAS
Por ingresarse con 1.500 pesetas y llegar hasta 10.000, por no exigirse el grado y por tenerse inamovilidad, jubilación, montepío, etc; porque, por celebrarse en 1913 el Congreso Postal en nuestro país y tener que estar implantados para entonces los servicios que constituyen el Correo moderno, ha de haber considerable aumento de personal, y por ser el Correo en sí institución cuyo progreso y amplitud aumenta cada día hasta el punto de que en pocos años se han concedido á oposición 2.200 plazas, es la carrera de Correos la que mejor porvenir ofrece a la juventud.
Urgente ya abordar el problema de las reformas postales, y convencido de ello el Gobierno, ha anunciado oficialmente en las Cortes que muy próximamente presentará un vasto plan de reformas, que motivará gran aumento de personal, por lo que deben, quienes se decidan á seguir tan brillante carrera, á hacerlo cuanto antes.
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El resto es publicidad de la academia que preparaba la oposición y de los texto que ofrecía para la preparación.
Y ahora mis comentarios.
En primer lugar el anuncio, personalmente, me resulta entrañable porque yo trabajé para el Correos español a través de diversos contratos temporales entre 1989 y 1995.
En segundo lugar, resulta paradójico, desgraciadamente paradójico, que este entusiasta anuncio de la modernización de Correos de hace más de un siglo contraste con la situación actual de la entidad, donde el Estado debe salir a su rescate y se anuncia una reestructuración de calado. Esto es, hoy a 2024, todo lo contrario que en 1912.
En tercer lugar, que el factor tecnológico está, nueva paradoja, detrás de las dos situaciones. Si a principios del siglo XX la nuevas tecnologías de la comunicación exigían la modernización del Servicio Postal, hoy, en el primer cuarto del siglo XXI, hace innecesario algunos servicios por haber éstos quedado superado por las nuevas tecnologías, así de pronto pensemos en el correo electrónico.
Ahora vamos a "lo social".
1.500 pesetas y hasta 10.000 pesetas de salario. Esto es, que así se entendía ellos mejor en la época, entre 6.000 y 40.000 reales (por favor, si son ustedes tan amable visiten mi artículo
"Pasar más hambre que un maestro de escuela" y comparen el estudio salarial que en dicho post se hacía). Para que ustedes se hagan una idea un ministro, aquí tomo como fuente los Presupuestos General del Estado para 1913, tenía asignados unos emolumentos de 30.000 pesetas, es decir 120.000 reales. Así que quién alcanzara esas 10.000 pesetas o, lo que es lo mismo, 40.000 reales gozaría con plena seguridad de muy buena retribución salarial. Aprovechando la portada y contraportada de
La Novela Ilustrada que, valga la redundancia, ilustra este artículo, tenemos que la revista, pues este folletín en sí es una revista literaria, costaba 35 céntimos de peseta. Un método de francés para las oposiciones, 5 pesetas. Una enciclopedia de Historia Universal en 8 tomos con más de 10.000 ilustraciones traducida del francés por don Vicente Blasco Ibáñez, costaba 40 pesetas. La novela de don Vicente Blasco Ibáñez
Los Muertos Manda, se ponía en las librería con un precio de venta al público de 3 pesetas. Y aunque esto que expongo es poco orientativo, pues lo importante sería saber cuánto valía el alquiler de una casa, el precio de un kilogramo de pan, un litro de leche, la ropa, el calzado, etc... Al menos nos da una idea de qué se podía comprar y a qué precio. Con todo haré un estudio sobre "la vida cotidiana" en esa época e investigaré esos precios.
En otro orden de cosas, el anuncio señala "jubilación". Bueno, en aquellos momentos la Seguridad Social no estaba establecida de forma universal y evidentemente la palabra "jubilación" y "montepío" eran un gran reclamo. Para no extender más el post, pues lo principal ya está dicho, comentar que esto de la jubilación me ha dado la idea de realizar una serie de artículos sobre la Historia del Seguridad Social en España. Vamos arrancar del año 1883, fecha relativamente próxima a la del anuncio objeto de este post de hoy.
Y aquí lo dejamos por este sábado. A lo largo del finde subiré más cositas y por supuesto, tengo que seguir "montando" el Belén Napolitano. Espero que todo esté listo entre hoy y mañana domingo.
Muchísimas gracias a tod@s.
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