En el artículo del pasado miércoles 29 de octubre sobre Marsilio de Padua, anuncié una entrada sobre el gran filósofo andalusí Averroes. Vamos a ella.
Abú-I-Walid Muhammad Ibn Rusd nombre verdadero de Averroes nació en Córdoba en 1126 d.C y falleció en Marrakech en el 1198. Fue médico y uno de los mayores filósofos del mundo islámico.
Averroes sufrió persecuciones, terminó exiliado tal como le sucedería en 1327 a Marsilio de Padua, por su falta de ortodoxia, concretamente fue acusado de heterodoxia, con las creencias religiosas.
Estudió teología, derecho (provenía de una familia de jusrisconsultos), medicina, filosofía griega y astronomía. Dentro de la filosofía griega destacó en filosofía aristotélica.
En 1168 estando en la ciudad de Marrakech fue presentado al califa Abú Ya´qub Yúsuf. Éste le encargo que comentara las obras de Aristóteles. Fue nombrada cadí de Sevilla en agradecimiento a su trabajo.
Averroes
Sello dedicado por el Correo español
en 1967
En 1182 entra como médico personal del califa Yúsuf en la corte de Marrakech. Posteriormente, con el califa sucesor al-Mánsur, siguió con las mismas funciones de médico. Acusado de heterodoxia, como dije anteriormente, es desterrado a la ciudad de Lucena en la actual provincia de Córdoba (1194-1195). Se trasladó nuevamente a Marrakech. No logró recuperar la confianza de las autoridades. Falleció en 1198.
Fue conocido como "el comentador" por sus famosos comentarios sobre la obra de Aristóteles. Comentario a los pequeños escritos de Aristóteles sobre física: De phisico auditu, De caelo et mundo, De generatione et corruptione, De meteoria; Comentarios al De partibus animalium; Comentarios De Anima; Comentario a la Metafísica; Cuestiones de Lógica, son algunas de estas obras de comentarios sobre la obra aristotélica.
También comento la obra de Platón (anunció que será el siguiente filósofo que comentemos) en Exposición de la "República" de Platón (En castellano hay una edición de la editorial Tecnos traducida y con estudio preliminar de Miguel Cruz Hernández de 1986)
La aspiración de Averroes de conciliar la filosofía con el dogma, no le traen nada bueno como hemos visto anteriormente. En Destrucción de la destrucción trata de demostrar que revelación y filosofía no pueden contradecirse porque pertenecen a planos diferentes.
Frente a la teoría de la doble verdad (podría ser erróneo en filosofía lo que es cierto en teología y a la inversa). Averroes entiende una sola verdad: la que llegan los filósofos que exigen la demostración basada en la relación causal. Si analizamos esto, lo que Averroes hace, y esto no gusta a los religiosos islámicos, es subordinar la teología a la filosofía. Hay que añadir que tampoco gustó a los religiosos cristianos cuando lo hicieron pensadores seguidores de Cristo.
Para Averroes en clara línea de pensamiento aristotélico, el racionalismo es el único entendimiento agente. El entendimiento material llegará a los conceptos si es iluminado por el entendimiento agente.
Su obra, objeto de controversias, fue ampliamente debatida en las universidades europeas de la Edad Media.
Un saludo a todos/as.
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