El artista británico David Roberts (1796-1864) visitó España entre 1832-1833. Fruto de ese viaje, y a través de los apuntes que tomó por estas tierra hispánicas, fue una obra pictórica de tal entidad que hoy se conservan cuatro pinturas de él en el Museo del Prado de Madrid. Los títulos de estas obras son:
La Torre del Oro (1833)
Castillo de Alcalá de Guadaira (1833)
Interior de la mezquita de Córdoba (1838)
Capilla del Condestable (1855)
Enmarcado dentro del movimiento orientalista (siguió su periplo de Tánger a Egipto y Nubia) y la corriente romántica, la pintura de Roberts idealiza el paisaje español llevándolo al exotismo con añadidos que no corresponde a la vista real, por ejemplo caga de vegetación espacios que no la tienen o, al menos, no la tienen en la abundancia que refleja la pintura. Estos paisajes, que en sí mismos no pueden ser más agradable a la vista y más si el viajero viene de tierras de norte de Europa, se ven agraciados más aun si esto es posible, y con David Roberts créanme que lo es, por la aportación de los elementos románticos propios de su estilo y de la corriente pictórica de la época. Doy fe de La Torre del Oro (1833) que la pintura llega al alma a quien conoce este espacio maravilloso de Sevilla. Yo tuve la fortuna de visitar con frecuencia la capital de Andalucía (Sevilla) por motivos laborales durante unos cuantos años y conozco bien este monumento a orillas del río Guadalquivir y he visto, en el cuadro, la Sevilla del primer tercio del XIX y esto para un andaluz como un servidor de ustedes resulta muy emocionante. Las pinturas del Prado de Roberts están al alcance de un click aquí en Internet y animo a todos a que la busquen y la gocen. Yo por mi parte les traigo tres grabados que tengo de él que espero hagan las delicias de los todos los lectores. Ahí van.
Entrada a la ciudad de Carmona (Sevilla)
La Casa del Carbón (Granada)
La visité hará cosa de un año y si actualmente es una preciosidad
arquitectónica, imagínense cómo sería el entorno en el
primer tercio del XIX (bueno en vez de imaginarlo pueden
observar el grabado, idealizado, tal vez, pero toda una delicia)
Segovia
Acueducto al fondo y otro lindísimo paisaje español.
En primer plano un grupo de soldados. Ahora toca hablar de ello.
Todos los hispanitas, nacionales o extranjeros, saben que la historia de España y posiblemente España en sí misma es belleza y sangre. Yo mismo así lo creo y unos de los acontecimientos que tuvo lugar el año que Roberts salía de España lo corrobora. El 2 de octubre de 1833 comienza la Primera Guerra Carlista. Su duración se extendió hasta el 6 de julio de 1840. Esta guerra civil entre Carlista (partidarios del régimen absolutista y del infante Carlos María de Isidro como legítimo titular de la Corona española) e isabelinos o cristinos (partidarios de Isabel II y de la regente María Cristina de Borbón), se saldó con de 160 a 720 mil fallecidos según las distintas fuentes consultadas. En el conflicto participó en los distintos bandos: Prusia, Imperio ruso, Imperio austríaco, Reino Unido, Francia y Portugal. La crueldad de esta guerra fratricida, que se desarrolló en los bucólicos paisajes que vieron los ojos de David Roberts, sobre todo los del norte de España, un año antes del inició del conflicto, llegó a tal grado de crueldad y sadismo que tenemos testimonios de práctica de canibalismo.
Analizaremos en próximos artículos este conflicto civil, hoy olvidado y eclipsado por conflictos más cercanos como la guerra civil española de 1936-1939, ya que explica en buena medida acontecimientos actuales. Y para ello, dentro de la bibliografía que utilizaré, destaca el título que ven a continuación pues recoge testimonios directos de un combatiente, británico en este caso.
Frederick Hardman combatió en la Primera Guerra Carlista española
dentro del cuerpo de la Legión Auxiliar Británica. Este libro
da testimonio de sus vivencias en aquel conflicto bélico.
Y aquí termina la entrada de hoy sábado 5 de octubre de 2024. Espero que haya sido de su interés. Muchísimas gracias.
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