La semana ha sido pródiga en acontecimientos y si hay uno por encima de todos que no se me debe pasar por alto fue el conmemorado el jueves 10 de octubre de 2024. Esa fecha corresponde al Día Internacional de la Salud Mental. Esta celebración se remonta a 1992. Este año tiene un lema que encaja a la perfección en los contenidos de este blog:
It is Time to Prioritize Mental Health in the Workplace
Es hora de priorizar la salud mental en el puesto de trabajo
No puedo estar más de acuerdo con el lema elegido para la campaña de 2024 y lo afirmo categóricamente y con rotundidad por conocimiento directo del problema. Miren, según los distintos estudios consultados para la elaboración de este artículo se estima que entre el 15 y el 20% de la población adulta en edad de trabajar tiene algún tipo de problema de salud mental. Sinceramente, en función de lo que yo veo por mi entorno creo que la cifra se queda corta, o bien en tramos de edad determinados los porcentajes aumentan. Lo cierto es que algunas empresas hacen suyo el lema de la campaña de este año y están comenzando a priorizar este gravísimo problema. Bien a través de métodos de organización del trabajo más "amables" para la psique del trabajador, bien con apoyo profesional de psicólogos en el puesto de trabajo, bien con institucionalización de días extras de descanso, etc. Lo que viene a significar que si las propias compañías están tomando estas medidas es que el problema es una realidad.
La sobrecarga de trabajo, el estrés, discriminación de cualquier tipo en el puesto de trabajo, la imposición de plazos cortos para entrega de trabajos o de resultados, etc son detonantes para que la salud mental se deteriore de forma considerable.
Desde hace algunos años la OMS (Organización Mundial de la Salud) viene advirtiendo que una salud mental dañada influye negativamente en el bienestar de las personas y puede ser la puerta para el acceso a patologías de suma gravedad. Así, situaciones de desgaste profesional tan acuciantes como el denominado síndrome del trabajador quemado o síndrome de burnout han sido incorporadas a la Clasificación Internacional de enfermedades de la mencionada OMS.
El concurso en plena concurrencia de trabajadores, empleadores, organizaciones sindicales e instituciones gubernamentales se hace imprescindible para la atenuación de esta lacra que tantísimo daño está haciendo a la población laboral en todo el planeta.
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